Buenos Aires te regala días de primavera aún en invierno. Un salida a horario de la oficina y la posibilidad del momento mágico de cenar en familia.
Siguiendo con la nueva costumbre de "Jueves de Pescado" compré un gatuso grande. Lo hice a la plancha, previa maceración en limón, con romero, orégano y tomillo picadito. Pero primero piqué una cebolla, dos tomates peritas, una ají amarillo y uno verde. Aceite de girasol y la criolla lista. Quedó colorida, ¿no?
Las papas a hervir, cuando el cuchillo las atraviesa de lado, están listas para comer. Un toque de perejil como los maestros chef.
De acompañamiento una ensalada de radicheta, rabanitos, kanicama y tomate, condimentada com gomasio, aceite, limón, semillas de girasol y un aderezo de mostaza, aceite, limón, vinagre y pimienta fato por la Ale.
El vino, siempre será tinto por recomendación cardiológica, de Benjamín Nieto Senetiner: Malbec. Rojo granate intenso, joven, brillante e intenso con aromas de ciruela madura y mermelada de frutos rojos. De paso por roble, elegante y equilibrado. Taninos suaves con largo final de boca.
Un jueves de agosto diferente, con sol agradable y mientras atardecía la labor de elaborar los manjares que aglutinan a una familia, que entre plato y plato, disfruta de estar juntos.
3 comentarios:
Me encantó!!!!!!!!!!!
Bien bien, la verdad admiro tu fuerza de voluntad. Yo llevo 10 kg abajo, pero a vase de caminatas largas y comidas normales pero sin zarparme. Mi problema es que no tolero la verdura, pero tengo a favor que como mucha fruta. Igual esto de estar sano y en forma, esta bueno, pero no es vida. Estoy empezando a pensar que es mejor ser un gordito feliz.
Yo por ahora voy bien. El tema es que también se puede ser feliz comiendo sano, pero ciertamente no está tan bueno como entrarle a unos chorizos de cerdo (o de pavo que había descubierto recientemente) y luego a una buena morcilla sin tanta grasa, más la molleja bien tostadita, más una provoleta, una buena tira de asado, un jugosa porción de bife de chorizo y para rematar una linda bondiola de cerdo. Todo, claro acompañado con una o dos botellas de vino, olvidate de las ensaladas y para rematar flan con dulce de leche o helado de chocolate con pasas y dulce de leche granizado o con bananas. Café, con brownies o con tortas y con dos o tres copitas cognac, Tía María, u otra bebida espirituosa. Luego de una charla larga mientras las minas lavan y guardan toda la vajilla, entrarle a las facturas de la tarde tomando mate.
Para suplantar tanta comilona, me dispuse a preparar yo la comida y también lavo luego todo, así no me tiento tanto en comer. Y sí es difícil.
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