martes, septiembre 26, 2006

Bife mechado con panceta, ciruela y queso


Un regalo. Un de tinto Malbec. Selecto, distinguido de finca Viña Amalia. El nacimiento de una oportunidad para gozar de su sabor. ¿Y qué mejor para disfrutar de un tinto Malbec que asar algún manjar a las brasas e invitar a cenar a la persona de quien se recibe el obsequio?

La tarde se fue apagando mientras se encendían las brasas. Ya había adquirido dos jugosos kilos de bife de chorizo en una sola pieza y contado con la complicidad del carnicero que le produjo el corte certero y profundo a la carne. Pero, ¿con qué podía rellenarlo? Tomé su sabio consejo de panceta y ciruelas, más el toque propio de agregarle queso. Una cocción lenta, pausada, envolvente.

Dan las 9 en la noche, el manjar lleva algo más de dos horas, llegan los invitados. La noche es suave y fresca. El verde del césped aparece como brilloso al destello de las luces del jardín. Pan saborizado con queso y tomate, un toque de aceite de oliva hacen la entrada perfecta para la primera degustación del vino rojo violáceo y profundo, sus aromas a frutas rojas maduras y complejo por su estadía en barricas. En boca, armónico y delicado, con taninos suaves combinados con frutas y roble.

Dos horas y media de cocción, momento de cortar la pieza y desear que esté asada. Grisáceo que denota cocción perfecta, pero con un rosado intenso en el medio. Parece que le falta, pero es el engaño provocado por la panceta. El corte estaba exquisito. Ensalada fresca para acompañar una charla amena, jocosa y que tendrá sus anécdotas para otras invitaciones, otros vinos, otros manjares.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno lo del bife acompañado con el malbec, cualquiera que lea y no te conozca creo que te imaginaria un gordo gloton como casi todos los chef por como contas tus recetas. No estaria nada mal adjuntar los fotos de las visitas abajo.